JOAQUÍN SOROLLA BASTIDA (1863-1923)
Fue el más reconocido de los pintores valencianos de Entresiglos. Formado en la tradición académica, en 1884 obtuvo una pensión de la Diputación de Valencia que le permitió viajar a Italia y que cambió para siempre su manera de retratar el mundo. En Roma y París Sorolla entró en contacto con Francisco Domingo, los Benlliure y las corrientes internacionales vinculadas a la pintura realista, del natural y de carácter luminista.
Desde 1892 Joaquín Sorolla participó en numerosas exposiciones internacionales celebradas en Múnich, París, Chicago, Berlín, Venecia y Viena, pero fue en 1900 cuando obtuvo el Grand Prix en la Exposición Universal de París y en 1901 la medalla de honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes en Madrid.
En 1911 Sorolla recibió de Archer Milton Huntington el encargo de pintar Las Provincias de España para la sede de la Hispanic Society of America en Nueva York y trabajó de manera incansable hasta que una enfermedad se lo impidió en 1920.
El escultor Mariano Benlliure y los pintores Joaquín Agrasot, Joaquín Sorolla, Ignacio Pinazo, José Benlliure, Emilio Sala o Antonio Muñoz Degraín fueron la primera generación que protagonizó la renovación de la pintura valenciana. Ellos crearon una particular estética que definió la manera de tratar los géneros del retrato y el paisaje con una modernidad e inmediatez inusitada.
También el costumbrismo de cuño valenciano encontró su camino durante este período. A partir de las recreaciones historicistas de Bernardo Ferrándiz y de la visión idealizada de una Arcadia mediterránea imaginada por Joaquín Agrasot, otros pintores como Antonio Fillol, José Mongrell o Francisco Pons Arnau construyeron la imagen idílica de una Valencia feliz incrustada entre la huerta y el mar.